Son lesiones producidas por agentes mecánicos (Instrumentos cortantes, punzantes, balas, metrallas etc...), físicos (Calor, frío, electricidad, rayos X, etc...) o químicos (Gases de guerra, ácidos, soda cáustica, etc...)
Los traumatismos mecánicos se dividen en dos grupos: contusión o traumatismo cerrado, cuando el instrumento o objeto que choca contra determinada parte de nuestro organismo logra romper la piel, y herida o traumatismo abierto, cuando esta se rompe, abriéndose así una puerta de entrada para los microorganismos.
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